jueves, 27 de marzo de 2014

El nacimiento de la muerte

Suspiros que son gritos del alma.
Abrazos que salvan.
Lágrimas que ahogan.
Lágrimas que ayudan.
Una risa fingida para sobrevivir.
Una risa reprimida por el silencio.
Mentiras como caricias.
Verdades como puñales.
Letras que te llenan.
Palabras que te vacían.
Triunfos sin sabor.
Fracasos con sudor.
Ilusiones en espejos.
Los mismos espejos, pero con lágrimas.
Sollozos mudos.
Heridas ciegas.
Compañías solitarias.
El engaño de la mente.
La realidad latiendo dentro.
La posesión más valiosa, la única que no se posee.
Un "sí" sincero.
Un "no" todavía más sincero.
Canciones que curan.
Dolor metafórico.
Dolor real.

domingo, 23 de marzo de 2014

Un respiro

¿Y ahora qué coño hago? ¿Cómo olvido? ¿Cómo hago que en mi pecho deje de sentir puñales?
Me he pasado los últimos años protegiéndome, amando con cuidado, mentalizándome para abandonar cuando los demás hayan abandonado, asumiendo el dolor mientras apartaba el sufrimiento. Y ahora parece que todo ese esfuerzo no haya servido de nada.
He dado demasiados trozos de mi corazón hasta que al final me he quedado sin nada. Y lo peor no es solo eso, sino no saber para qué lo han empleado, si los han cuidado o simplemente los han dejado en un rincón para que cojan polvo.
Quiero repararme, pero me faltan piezas.
No sé en qué refugiarme, porque hasta las estructuras de las letras se tambalean sobre mí.

Necesito un respiro que pueda dar por mí misma, sin ni la más mínima infusión.

Te dije que no te esperaría, que podía olvidarme de ti, porque se supone que eso es lo más justo para mí... ¿En serio te lo creíste?

Ahora mismo él podría venir, coger lo que queda de mi corazón, destrozarlo, con malicia o sin ella, y yo usaría los pulmones, si hiciera falta, para seguir queriéndole.
Pasan los días, intento no pensar así, hacerle caso a mi razón y a la gente que me recomienda que me olvide... Y eso no hace más que darme más razones para seguir igual.
He descubierto qué es peor que sentirse sola, y es el no tener ni la oportunidad de tenerte. Y duele, duele bastante.

Necesito acabar con esto y sentirme bien.
Necesito, sobre todas las cosas, que tú estés bien aunque no sea conmigo.
Necesito ver lo que escribo como simple y hermoso arte por muy malo que sea.
Necesito un respiro que pueda dar por mí misma...