jueves, 9 de mayo de 2019

Presión

Me despierto a la fuerza
y me levanto por inercia,
la sequedad de mi boca
se traslada hacia mis ganas...

y así todas las mañanas.

La constancia es obligada,
no conozco voluntad
de querer hacer las cosas
y aparentar que estoy en paz.

No existen armaduras suficientes
que te protejan del resto,
de las ideas de otras gentes,
de hablar sin crear efecto.

Abandonar esta desidia es una opción,
pero todos los caminos tienen trampas,
y el más corto es la rendición;
una senda que me tienta,
un mapa sin color,
unos corazones rotos,
una aventura que no empezó.

La máquina aprieta.