sábado, 11 de abril de 2015

Paseando

Tengo todos los dedos en las manos, y la cabeza sobre los hombros.
¿Pero dónde estoy yo?
Sé caminar, tropezar, caer y hasta reptar.
¿Pero a dónde voy?
No paro de darme en los ojos con mil flechas, y entre tanta punta quebrada no veo nada.
En alguna parte de la senda perdí mi valentía, y no sé si volver a por ella o avanzar y encontrarla.
La caja está llena de cosas:
hay un cuchillo,
hay un mapa,
hay una manzana,
hay un espejo
y una cuerda...
Pero no hay ninguna brújula.

Si es cierto que esto es maravilloso, por favor, Cheshire, aparece ya. Y no solo sonrías en decreciente, háblame, oriéntame.
 La luz sola no ilumina.
Y las flores son crueles.
De tanto dar vueltas sobre mí misma, me estoy empezando a marear.