martes, 20 de diciembre de 2016

Frases del mar.

Dulce dolor que induce al amor nadando en la duda.
Saladas las rocas tintadas en rojo por la erosión del temor.
Ácida vida varada entre espuma dibujo con telas de viuda.
Amargo el sabor del amado pasado ahora mojado de humor.

Sube la bruma, cierra la boca, mueve una mano, avanza la pluma.
Algo la toca cuando se equivoca, las algas trastornan su mente.
Prende una hoguera plagada de arena, aprende a vivir en la duna.
Cambia de concha como un ermitaño esquivo de ver a la gente.

Frases del mar, ahogadas en versos de libre métrica,
apoyadas en tantos cuentos posibles, ya repetidos.
Reniego del orden que marchita las flores,
manteniendo un horizonte por la simple estética.

No ataréis mis letras a unas metas que imponen bandidos vendidos;
me quedo en el caos de ser así, buceo mientras lanzan rumores,
y si toca ser leal, soy fiel a lo vivido.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Pájaros.

Abierta a la sequedad de mis palabras,
socavando mis ganas, plantándoles cara
al saqueo de ideas que pervierten la calma.
A las camas hechas del bullicio
a las brechas que se esconden tras el precipicio,
buscando borrar el delirio anfibio que se congela,
a las horas muertas que dibujaron mi esquela...
Alas para volar y seguir la estela de una flecha,
que por el juicio de un pequeño vicio borró toda fecha
sosegando mi alma, atándola al karma para que no ande,
pisando de nuevo ese fuego que no arde, que hiela.
Analizando mis juegos mentales sin que el duelo desista,
preparando mi suelo para dar más pistas,
huyendo de nuevo, hallando retales de otras canciones,
sones que imponen ritmos mayores.
No quería explicaciones, ni robadas, ni dadas,
tiró unos dados pero la partida estaba empezada.
No se movió, ni dijo nada y el beso fluyó,
ahora está perdida y, dada la situación,
lamió su herida, escupió la espina
y, según la redundancia, sucumbió.

Y las piezas volvieron al tablero,
sin que nada las moviera,
quiero salirme de este Cluedo,
jugar a mi manera,
sentir que formo parte del vuelo,
no dejar puestas las cadenas,
pesar más que los pájaros en celo que anidan en las almenas
de una torre que rozaría el cielo si sus cimientos no fueran penas.

martes, 13 de diciembre de 2016

Circos y prisiones.

Perdí el marrón con tonos verdes por el que un día me vi envuelta en un circo de narices rojas,
sin más peso que el recuerdo de unos pasos que llevaron a la deriva a este barco hecho con hojas.
Pocas son las cosas del pasado que quiero contar, miles las horas perdidas dando vueltas hacia dentro
buscando quizás un centro donde sentarme a ver la vida pasar, sin preocuparme por si sales o si entro.

Reencuentro un cofre de oro y plata, donde se escondían todos esos cuentos que una vez tiré al mar
esperando olvidar una vez más el deseo que me empuja a buscar la X en el mapa...
y ese deseo volvió a escapar, sin brújulas y sin trampas.
De las olas salió una escalera hacia el cielo, rodeada de plantas y flores de colores como salidos de un sueño,
el tesoro estaba allá donde mis pies no se atreven a escalar por si al llegar descubro que todo tiene dueño.
Males y bares compartidos bailan en este carnaval sin fecha ni nombre, en este festival de falsos corazones,
en esta pantomima de versos silenciosos, ociosos de una lucha mil veces perdida por renunciar a las pasiones.
Circos y prisiones encerrados en una carpa hecha de filtro gris y vagas decisiones, decorado con uñas y pelos,
desempuñando un arma que no deje huella pero sí cicatriz, yendo siempre a la raíz, evitando coger anzuelos.

Algún día veré de qué luz me hablas, y saldremos ilesos de la anacronía de las ilusiones creadas,
hasta entonces solo me queda escalar para poder pintar ese jardín de rosas, tulipanes y casas de hadas...

miércoles, 7 de diciembre de 2016

El principio del ciclo.

Esa espiral que soñaba con dejar de seguir la sucesión de números que le llevaban al desastre,
sucumbió al oleaje de su mirada sin querer ver la senda que le quedaba por delante.
No quiso huir esta vez y se perdió dentro de sus miedos conteniendo así la realidad,
los viajes hacia el interior de un pozo en el que escondía la clave de su conformidad,
la hiedra que escala por sus rincones y hace heridas allá donde la piedra se vuelve carne,
todo parte de un juego de caricias y sombras del que se dice que nadie quiere formar parte.

Ahora que todo tiene un lado gris parece que el color haya vuelto a nacer.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Barro.

Veo ramas que se alzan hacia el deseo de ser rayos,
luces que bailan dentro de una cueva,
colores en el aire, humo denso que se distribuye por el cielo.
Barro, como prueba de que la danza fluye y termina donde,
tiempo atrás, todo se nos escapaba de las manos.

Vuelvo a ver y siento, vuelvo a callar y pienso,
todo lo que no te digo ahora es por el momento,
y siento, y ese no era el trato,
diablos bailan alrededor de un bloque de hielo,
así no se aprovecha el invierno.
Y es que da igual si lo congelo, si lo domo o si lo ato,
que el mar llegará, más gris que nunca,
y devolverá al fuego lo inventado.
Lo quemará todo de paso, arderá hasta la última página,
y me reencontraré con las palabras,
dueñas de unas cuantas balas,
amparadas por su ciencia incierta,
viviendo un tiempo inoportuno, presos en versos...

Vivo esperando.