miércoles, 15 de diciembre de 2021

El legado del esfuerzo

Me despierto por la mañana, 
y pienso:
¿Quién tejería estas sábanas?
"Una máquina", me contesto.
Ya, pero... ¿quién hizo esa máquina?

Me levanto y voy a la cocina, 
y pienso:
¿Quién modeló y pintó esta taza?
"Una máquina", vuelvo a contestarme.
Ya, pero... ¿quién programó esa máquina?

Me siento en el sofá mientras espero que llegue la hora de irse al trabajo,
y pienso:
¿Quién construyó esta casa en la que vivo?
"Pues gente... y alguna máquina", me digo.
Entonces... antes de crear las máquinas, ¿quién hacía todo eso?

Salgo a la calle, llego tarde al trabajo, 
pero mientras ando pienso:
¿Quién puso ahí las calles?
"Gente, seguro que fue gente, y seguro que su trabajo fue su único legado", reflexiono.
Entonces... mi vida sería totalmente distinta sin ese legado. Andaría descalza, ya que "gente" o máquinas hechas por "gente" no hubiesen creado estos zapatos, y lo haría por un camino pedregoso y lleno de maleza, ¡me destrozaría los pies!  

Y lo más importante: 

¿Cómo voy a poder trabajar con los pies destrozados? 

Suicida

Si mañana no despierto,
echadle la culpa al desgaste.
Si mañana no me río,
echadle la culpa a la censura.
Si mañana no como,
echadle la culpa al capital.
Si mañana no hablo,
echadle la culpa a los prejuicios.
Si mañana no me levanto,
echadle la culpa a los grilletes,
-las ataduras que te proporciona una pantalla-.
Y si mañana no respiro,
echadle la culpa a ese asesino silencioso
al cual llamamos trabajo.

Decidle al mundo de mi parte, 
que me acabó matando.

domingo, 7 de noviembre de 2021

Me presento

 No soy leída, ni ilustrada, 

no me verás presumiendo de un título,

solo dispongo de un carnet de conducir,

y ni siquiera tengo vehículo.

No me he leído mil libros de poesía, 

y si me preguntan, 

no comprendo la de hoy en día,

solo me gustó algo de Brecht y algo de Iribarren,

no llaméis a la policía.

Lo de escribir me vino de escuchar canciones,

y lo de no cantar es culpa de mi ritmo.

Y ahora estoy luchando para salir de estos guiones

a los que vamos a llamar precariedad laboral,

-para resumir ese abismo-

porque suena a inevitable, suena serio...

Suena a que un día, si sigo igual,

moriré en pleno cautiverio.

Mi intención es recolectar lo que llevo años plantando,

en forma de poesía y con mucho drama suelto...

Hay mucho encriptado del que no me acuerdo,

porque ahí dejé horrocruxes de mis "yos" pasados 

que ya son bastante ajenos.

Si alguna vez consigo ayudar a alguien a que no se sienta solitario,

o provoco un "¡hostia, qué guapo!",

yo me doy con un canto en los dientes,

y, a mis ojos, de la intrascendencia me escapo.


Buena suerte.


viernes, 7 de mayo de 2021

Saco roto

Ya solo me queda reflejar aquí lo que me pasa,
ya que no todos los oídos se merecen estas marcas.
Nunca pensé que esto sería eterno,
pero cada año que pasa se hinca más adentro.
Hay gente a mi alrededor, pero nadie con cuerdas;
no existe una poción mágica para que todo se ordene, 
nada concuerda.
Ni siquiera una estructura se planta en estas letras,
como la vida misma, todo siempre a cuestas.
Arrastra estos versos en un saco roto
antes de que el camino se convierta en otro coto.
Controlo poco, 
a amenaza suena todo.

Ya me cansé de escupir tanta mierda,
otro día continuaré con esta feria.

lunes, 1 de marzo de 2021

Lo que nunca falta

No pueden faltar las quejas por ver a una mujer reclamando.
No pueden faltar los discursos en contra de un movimiento que existe para recordar que existimos,
para recordar que también importamos,
para señalar la injusticia que se sufre por el mero hecho de existir,
para defendernos de lo otro que también existe, que es el machismo.
No pueden faltar los #NotAllMen
No pueden faltar los "no soy machista pero"
No puede faltar la retahíla de gilipolleces que hay que aguantar cuando se acerca el octavo día de marzo.
No puede faltar la criminalización,
hoy porque hay una pandemia y "la culpa es nuestra"
ayer porque "no sé de qué se quejan"
mañana porque habrá alguna mierda nueva que se inventarán para no asumir la realidad.
No pueden faltar los ignorantes.
No pueden faltar los cartelitos sobre que la violencia es mala siempre.
No puede faltar la precariedad,
ni la discriminación,
ni la invisibilización...

Pero sí podemos faltar nosotras.

Pueden faltar las asesinadas, porque "algo habrán hecho".
Podemos faltar a la hora de reclamar derechos,
a la hora de exigir que paren de silenciarnos, 
de ridiculizarnos, 
de violarnos,
de quitarnos importancia.
Pueden faltar las mujeres que no se ajustan a lo que ya viene establecido.

Enseña, pero enseña lo que yo te diga.
Habla, pero no me incomodes.
Lucha, pero solo por tus hijos (porque tendrás que tener hijos).
Trabaja, pero en lo que yo considere que es un trabajo.
Aprende, pero solo del hombre.

Que no es necesario, pensáis muchos.
Pero este año solo está sujeto a debate que se junten las mujeres una vez más en el 8M, 
os dan igual las medidas de seguridad que se hayan tomado, 
el porqué se hace,
la importancia que tiene.
La pandemia es la excusa, 
pero el patriarcado también es una pandemia.
Y el feminismo es la cura.