lunes, 1 de marzo de 2021

Lo que nunca falta

No pueden faltar las quejas por ver a una mujer reclamando.
No pueden faltar los discursos en contra de un movimiento que existe para recordar que existimos,
para recordar que también importamos,
para señalar la injusticia que se sufre por el mero hecho de existir,
para defendernos de lo otro que también existe, que es el machismo.
No pueden faltar los #NotAllMen
No pueden faltar los "no soy machista pero"
No puede faltar la retahíla de gilipolleces que hay que aguantar cuando se acerca el octavo día de marzo.
No puede faltar la criminalización,
hoy porque hay una pandemia y "la culpa es nuestra"
ayer porque "no sé de qué se quejan"
mañana porque habrá alguna mierda nueva que se inventarán para no asumir la realidad.
No pueden faltar los ignorantes.
No pueden faltar los cartelitos sobre que la violencia es mala siempre.
No puede faltar la precariedad,
ni la discriminación,
ni la invisibilización...

Pero sí podemos faltar nosotras.

Pueden faltar las asesinadas, porque "algo habrán hecho".
Podemos faltar a la hora de reclamar derechos,
a la hora de exigir que paren de silenciarnos, 
de ridiculizarnos, 
de violarnos,
de quitarnos importancia.
Pueden faltar las mujeres que no se ajustan a lo que ya viene establecido.

Enseña, pero enseña lo que yo te diga.
Habla, pero no me incomodes.
Lucha, pero solo por tus hijos (porque tendrás que tener hijos).
Trabaja, pero en lo que yo considere que es un trabajo.
Aprende, pero solo del hombre.

Que no es necesario, pensáis muchos.
Pero este año solo está sujeto a debate que se junten las mujeres una vez más en el 8M, 
os dan igual las medidas de seguridad que se hayan tomado, 
el porqué se hace,
la importancia que tiene.
La pandemia es la excusa, 
pero el patriarcado también es una pandemia.
Y el feminismo es la cura.