lunes, 1 de agosto de 2016

Arena y agua.

Perdí el aguijón y las alas.
Busqué entre un mar de desencanto, 
algo por lo que seguir respirando...
resquicios de justicia en un mundo donde la injusticia queda impune;
motivos que me anclen a las vías, 
palabras que iluminen una meta,
razones para no razonar,
maestros a los que acudir, si volvía a perderme por el mar...

Y entonces eché de menos la tierra.
Miré mis pies y no tenía escamas,
ni branquias,
ni siquiera veía bajo el agua...
y los peces no podían hacer nada, 
y la presión me paralizaba,
y me ahogaba...

Pero el tren pasó...
Y me devolvió a tierra.

Murió una vela,
se callaron los grillos,
hiciste trampas,
partí el tablero,
pulsamos stop,
y las botellas se rompieron para dejar cortes dentro del pecho.

... Ahora toca caminar hasta que se seque mi equipaje.