jueves, 23 de agosto de 2018

Rutina en la Torre

A veces me tambaleo sin que me quiten piezas,
a veces creo sin ver las pruebas,
parece que no quede nada dentro,
de veras,
y nunca quiero hablarme del tema.
Hay días que hasta respirar es trabajo,
hay mañanas que no encuentro atajos,
las horas sola queman el doble,
la espiral es de fuego
y no hay quien la dome.
En momentos así no creo en luchas,
solo le lloro a la gata
e intento llenar alguna hucha.
El lugar no me ata,
ni el amor,
ni el curro,
ni la casa,
ata la torre erigida
con ladrillos y farsas,
las almenas tocan las nubes,
ver borroso allá arriba provoca la ira,
y a ver quién se baja,
a ver quien se baja y la tira,
a ver quién se baja y lo asume,
a ver quién se baja y construye...

Todo el miedo a romperse es el vértigo.
Toda idea formada es la altura.
Caer no es más que un verbo.
Dormir no provoca la duda.