en el bosque con maleza.
Da torpes pasos
pero nunca se tropieza.
Olfatea un futuro
que nunca llega,
y se ahoga en el río
sin mojarse apenas.
Pasito a pasito camina el erizo,
aunque aún no sale de su cueva.
Esquiva al zorro si le dejan,
parece que le esté poniendo a prueba.
Ambos con distintas naturalezas
y distintas perspectivas,
viviendo en el mismo bosque,
sufriendo la misma sequía.
Cuánto llora el zorro por no tener clavadas sus espinas.
Cuánto ríe el erizo cuando no mira a sus heridas.
Quiere el zorro saber lo que sabe el erizo,
y quiere el erizo sentir como siente el zorro.
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